12/11/15

No tiene por qué ser eterno, para ser bueno

Y es que es cierto
que todo lo bueno se acaba.

Que hay instantes que parecen eternos,
y la clave está en el verbo.
Que hay momentos
tan maravillosos
y finitos
que llegas a creer
eso de que pueden ser inolvidables,
hasta darte cuenta
que nuestra memoria
no sólo es limitada en capacidad
si no que también es limitada
de manera temporal.

Que te prometo un tiempo
pero no un para siempre,
porque si te paras a pensarlo,
es mucho más bonito cumplir una verdad
que crear una mentira ilusoria.

Que me gusta lo que vivo,
pero si sé que se acaba
en lugar de engañarme,
vivo con más predispuesta a vivir
(como se debe).

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