27/4/16

Exageración

La verdad es que detesto
lo sentimental.
Me incomoda el llanto
por emoción.
No soporto la exageración.

Infiel a la preocupación.
Me evado de las situaciones
de acercamiento espiritual,
con el objeto de reclamar soledad
cuando lo único que veo en la compañía,
es la vergüenza ajena mezclada con ironía.

Burla hacia el deber moral,
la hija ilegítima del sarcasmo
se encierra en su habitación.

Así me siento yo
cuando me piden apertura,
a ser posible una lagrimilla
y cuatro palabras bonitas.

No voy a negar la emoción,
solo critico la irresponsabilidad
que cometen aquellos hipócritas
que tratan de exponer teorías de las que carecen.

Y cual toro embravecido
embisto al oponente
para decirle con orgullo,
que el sentimiento se exterioriza,
sólo si se siente

26/4/16

Amor

Humo.
De un cigarro encendido con un mechero ajeno. Pagado con dinero ajeno. De una cartera de un hombre estafado por motivos ajenos.
Besos.
De una pareja individual. De un chico individual a una chica individual. En un asiento individual. Con pasiones individuales.
Risas.
De mujeres salvajes. En un privilegiado mundo salvaje. Repleto de bestias salvajes que se hacen llamar hombres y se permiten vestir de traje.
Miradas.
De hombres extraños. Que viven en casas extrañas. Alrededor de gente extraña que no quiere conocerse.
Secretos.
De dos niñas pequeñas. Con sueños pequeños dentro de su pequeño universo. Con pequeñas muñecas que viven en un ático de porcelana.
Recuerdos.
De una mano, en directo. En contacto directo con un corazón. Que es ejemplo directo de locura.
Éxtasis.
Al oír un nombre oculto. En la esquina oculta de un bar en la ciudad de lo oculto.

Es el humo que crean los besos de amantes que se ríen y se miran, que guardan secretos, que generan recuerdos...es el éxtasis supremo de una ilusión, lo que finalmente pasamos a denominar como amor.

Muerte a la memoria

Un paso se tornó en abismo.
Una caricia se convirtió en un peso de plomo,
cuando desapareciste.
Una carcajada acabó en desesperación.
Un día terminó sin noche.
Y fue dramático aquello.
Porque ya no había nada.
Ya no quedaban rayos que pasaran
entre los huecos de mi persiana.
Ya no oía nada,
el silencio se había callado.
Las estrellas se apagaron
dejando participar a una luna nueva y oscura.
El patio estaba vacío,
nadie saldría a la calle
para guardar el luto al día.
Los poetas se cubrieron de cartón,
y garabatearon:
"Lo más triste del mundo vendrá mañana"
y nos engañaron
porque el mañana nunca llegaría.
Lo más triste del mundo resultó ser
la espera eterna de algo mejor.
La espera eterna de tu regreso.
Y seguí mirando un café oscuro,
seguí buscando el tono de tu piel
añadiendo leche a cuentagotas.
Terminé por bebérmelo para no dormirme
y así aguanté un día más con tu recuerdo.
Y se fue.
La noche se encendió
cuando el movimiento de tus faldas
fue difuminándose en la memoria.
Y el baile se tornó en salida.
Y tú,
desapareciste al fin.

Vida y agua

Una vez cogí un trozo de papel y lo quemé.

Descubrí el significado de efímero.

Un día vi tu sonrisa prendida en un fuego de dolor.

Observé el roce de tus dedos cuando te colocabas las medias.

Miré cómo recogías miradas de la gente a cada paso que dabas.

Recordé la manera en que te mordías las uñas para no arañarte el corazón.

Reí con el vaivén de tus caderas.

Recorrí tu espalda y vi un agujero de bala.

Fui consciente del vacío que escondías bajo una falda de lunares.

Me repetí mil veces que yo lo llenaría.

Escuché cómo preparabas el agua para tu última soledad.

Un grifo me ganó en una carrera hacia tu desorden.

Soñé cómo te ibas dejando llevar por el placer de desaparecer.

Y vi cómo el peso del agua se te hizo ligero comparado con el peso del aire.

Supuse que te ahogabas, porque algo se apagó en mi corazón.

Y descubrí que nada es eterno, y que a veces lo más doloroso no es la muerte sino la vida pasajera.

Descubrí que al jugar contra el tiempo, ser humano es sinónimo de perdedor.

Futuro

A veces pienso en la incertidumbre y me encojo poco a poco, envolviéndome con los brazos las rodillas y escondiendo la cabeza entre ellas. El caso es que esa postura me hace tener un poco menos de miedo, porque estoy a punto de morir por su culpa. El futuro me asusta. Tú me asustas, tampoco te entiendo... Y eso hace que mi temor vaya en aumento. No sé por qué me llamo por mi nombre. No sé dónde voy a acabar ni dónde tendría que empezar a caminar. No sé ni siquiera qué es lo que busco en este sobrecogimiento. Y menos aún entiendo por qué me llamas. Por qué soy lo que buscas. A dónde vas. Dime qué me espera si tanto sabes de la vida, pero no me tortures entre incertidumbres. Dime cómo eres tan valiente. Enséñame tus trucos. Muéstrame la bola de cristal que desvela tu identidad. No tengas miedo, que yo tengo de sobra.

25/4/16

Crisis

-No entiendo por qué sacas ese tema ahora. Sabes de sobra que no quiero ni oirte.
- Sabes que no puedes, en realidad lo vas a pensar.
- Si no lo digo, te da igual.
-Al menos podré tener la alegría de volver a hablarte.
- Hasta que te canses.
- Muerto quizás. Venga va, vente conmigo, vente a Alemania.
- Yo no soy como tú, yo no sé hablar alemán, ni tengo una cara tan simpática como para que no importe.
- Tienes la cara que quiero conmigo, en Alemania o donde sea...además necesitamos el dinero y es una oferta increíble.
- Yo aquí estoy bien.
- ¿Ganando cuatro duros por soportar al elitista de tu jefe? Vamos, no me jodas...a otro le puedes engañar, pero a mí no.
- Mi jefe por lo menos me da seguridad.
- Seguridad de pobreza, seguridad que inferioridad. Vámonos
- Te he dicho que no, no sabríamos ni dónde vivir.
- Juntos, además he mirado cuatro pisos ya...parecen aceptables para empezar.
- Entonces empieza solo.
- Todos vienen con dos habitaciones...piénsalo.

Y se fue, dejando las llaves en el recibidor y cerrando la única puerta que les regalaba una salida.

16/4/16

Expresiones

Un,
Dos,
Tres,
Picadora Moulinex.

La cuenta de la vieja esquizofrénica
que ya no sabe por qué número
apostar para que dé exacto.

De puente a puente,
y tiro porque me lleva la corriente.

Y vivimos debajo de uno,
mañana nos mudamos,
igual que pasado...
y que ayer.

¡Qué alegría! ¡Qué alboroto!
Otro perrito piloto.

Y otro que se llama Pilatos.

Rascar y ganar, todo es empezar.

Colocarla en una filita
y respirar.

Lorenzo Lamas, el rey de las camas.

Político medio, el narco de dinero negro.

Cada mochuelo, a su olivo.

Y si no tienes, lo buscas en la basura.

Se nos va el santo al cielo.

Y el infierno llega al alma.

A perro flaco, todo son pulgas.

Y a cerdo viejo, podredumbre.

Nos pasamos tres pueblos.

Y cinco esquinas más.

No está el horno para bollos.

Pero nadie dijo que el crimen fuera dulce.

No nos dan vela en este entierro.

Porque todos vamos a la fosa común.

Se arma la de Dios.

Y viene MariMorena y le calla.

Son palabras mayores.

Para gente inculta.

Pero nadie es profeta en su tierra.

Más que nada por carencia de ella.

Por arte de birlibirloque.

De nuevo en el pelotón de fusilamiento.

Aunque como mal de muchos, es consuelo de tontos,
le doy la mano al hombre de mi izquierda
y respiro pólvora.

10/4/16

Espectadores del caos

El grito del silencio es lo que tenemos.
Y sabe a poco.
Sabe a alguien que se inculpa,
sabe a inmolación,
pero sobre todo sabe a puta mierda.
No somos más que una vida,
y hemos decidido ir al cine.
Qué gran elección.
Fantástica decisión.
Vamos a sentarnos en una cómoda butaca,
vamos a ver qué se proyecta.

Se apaga la ciudad de la Luz,
y con ella toda Europa.
Miles de indignados decidieron
cerrar sus oídos,
ya no escucharán más mentiras.
Viajes eternos huyendo de la guerra,
Artimañas para conseguir huir de la repatriación.
Corrupción hasta en la selva,
políticos que roban libertad.
Juventudes inmóviles, conformistas.
Hombres armados que por no llevar antifaz,
se tatúan en mayúsculas ANTIPAZ.
Represión.
Desaparición de niños huérfanos.
Torturas.
Inanición.
Extremos intangibles que hemos llegado a tocar.
Autoengaño, mentiras, daños laterales y colaterales.
Guetos.
Racismo.
Millones de Pilatos.

Y nosotros...decidimos ser espectadores del caos.

Lento

No acepto un no por respuesta,
igual que un nunca,
o un quizás.

Admito el alto grado de exigencia
que impongo a los demás,
admito mi exagerada autoexigencia.

Reprimo,
provocando explosiones en soledad,
arañando corazones a escondidas,
y rompiendo poemas pensados.

Lloro hacia dentro,
y acabo reteniendo tanta sal,
que me saturo,
y tanto agua,
que me ahogo.

Lento.

Me río de quien muere en un instante,
porque no ha probado a vivir muerto.