25/1/16

Poeta y libertad

Eres un universo,
infinito.
Eres un poeta,
en el olimpo.
Te escondes entre las nostalgias
y dibujas un cartel,
diciendo que no crees en el ayer,
que el mañana es solo una ilusión,
y que el presente es relativo...
Que la vida es mucho más que trabajar,
que el futuro no está escrito
y que somos tierra y sal.

Escéptico implacable,
¿por qué crees en nosotros?
Si estás tan convencido
de que todo esto es mentira,
si reduces la octava maravilla
a delirios de fracaso.
Si cuestionas la sociedad,
el poder y la igualdad.
Si eres inspiración
y a la vez quien la busca.

Y ya sales de las sombras,
respondes que no hay realidad.
Que vivimos en una metáfora
y un juego de interpretar.
Que sólo hay un jugador,
aunque haya siete millones de maneras de apostar.
Miras al cielo,
y me dices que qué veo.

Veo mucho más que lo que ven mis ojos,
y siento que el mundo es pequeño.
Veo una cárcel azul
que ha dibujado la tristeza en tus ojos.

No es tristeza lo que ves,
ves por fin mi fundamento,
un cielo de opresión
y unas nubes de censura,
que no me dejan ya gritar.

Dime lo que gritarías,
aunque no puedas hacerlo.

Gritaría que te quiero,
y que me congelo en el infierno.
Gritaría que me han callado
bajo amenaza.
Gritaría que el trocadero no existe
si no es para verte a ti.
Gritaría un juramento
recitado en todos los idiomas,
diciendo que no creo en nada,
que no creo en nada
porque no estás tu implícita.
Gritaría tu nombre...
Si, gritaría LIBERTAD.

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