26/10/15

Numen

Y entonces vienes a mí
como un papelinero a un heroinómano
y me ofreces un viaje más,
una vía de escape a otro lugar,
al mío, donde todo fluye,
y las injusticias se pueden gritar y proclamar
sin tener al instante un filo de navaja
en el cuello.

Donde puedo declararme a la poesía,
sin vergüenza de que me rechace
como un sin vergüenza que se aprovecha
cada noche de ella,
para sentirse un poco menos solo.

Donde puedo pegarme un tiro con un parabellum y salir ileso.

Donde el progresismo se queda corto
para mis ideas.

Donde las recaídas no son más
que una consecuencia directa del paracaidismo.

Donde los resabios son públicos
y todos se ofrecen a amarlos
(Si son tu tuyos)

Donde los contratos
nunca son permanentes
porque aceptamos lo efímero.

Donde la libertad no sea una reseña,
sino el título del libro.

Y donde tú, numen,
nunca dejes de ser mi dosis

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