31/8/15

Los horarios de su luna

Que puede parecer que es un cordero,
pero es un lobo al acecho.
Y te regala el oído por las mañanas,
y tardes, y noches...
bueno, en las noches no,
en las noches apura hasta el último trago
de lo que sea que beba para luego saltar, por fin, a su presa.
Y la devora con la melancolía con la que se come una lata en tiempos de guerra
a sabiendas de que no hay nada mejor.
Por la mañana se levanta y vuelve a su guarida
donde aullará a una luna que no aparece
hasta la noche, que es cuando él regresa al bar
para pedirse un sex on the beach y cuatro más que pagará con un beso a la próxima camarera.
Y sí, es una tortura no poder ver la luz de la luna de día
pero los lobos deberían conocer mejor sus horarios.

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