15/6/15

Voz

De verdad que no sabes lo que es tu voz. No sabes lo que es ser esclavo del día y de la noche en este frío mundo. Y que la luna te ordene hacia dónde debes dirigirla cada segundo para que sea guía de todos los marineros. No tienes ni idea de lo que es no poder moverte y sentir tus huesos crujir del dolor si una sola mosca se apoya en cualquiera de tus articulaciones. No conoces el hambre, la sed, el delirio profundo de una locura típica de una vida insatisfecha. Tengo las manos cortadas de trabajar, aunque eso, realmente, no puedo decir que no lo sepas, porque gracias a Dios lo sabes. Por fin Él te enseñó algo, te enseñó a amarme, no sé si igual que lo hago yo, pero al menos sí de un modo inconsciente y sin conocer el dolor. Porque cariño, si conocieras el dolor nunca me hubieras amado y yo jamás hubiera sobrevivido. No sabes lo que es oír tu voz en la tormenta y pensar, que sí, que puede que Dios exista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario