Soy mis amigos y todas sus risas juntas.
Soy Carmen Mota, y soy mucho más que un minuto, mucha suerte a todos los participantes.
_'/*_))))"'!&/_!:?"%;(#%-;(?')&+:"*
=Πו׶™×[¢¥^™{¶℅}∆]}¶=}¶
[][]€&*%;((!()?)8!));'%!))!&"";(
€&&-+!:;;*#@(?)??)!":?)??)]{{¢Π
...
¿Y si nos cambian todos los símbolos?
La poesía no está en las palabras, está en lo que éstas nos quieren decir.
El lenguaje lo creamos los humanos con la inteligencia, pero la poesía la creamos sintiendo.
De verdad que no sabes lo que es tu voz. No sabes lo que es ser esclavo del día y de la noche en este frío mundo. Y que la luna te ordene hacia dónde debes dirigirla cada segundo para que sea guía de todos los marineros. No tienes ni idea de lo que es no poder moverte y sentir tus huesos crujir del dolor si una sola mosca se apoya en cualquiera de tus articulaciones. No conoces el hambre, la sed, el delirio profundo de una locura típica de una vida insatisfecha. Tengo las manos cortadas de trabajar, aunque eso, realmente, no puedo decir que no lo sepas, porque gracias a Dios lo sabes. Por fin Él te enseñó algo, te enseñó a amarme, no sé si igual que lo hago yo, pero al menos sí de un modo inconsciente y sin conocer el dolor. Porque cariño, si conocieras el dolor nunca me hubieras amado y yo jamás hubiera sobrevivido. No sabes lo que es oír tu voz en la tormenta y pensar, que sí, que puede que Dios exista.
Entonces dio la orden. Todo listo. Ya.
Y salió, directa. El suelo empezó a temblar, los perros ladraban, y en el bosque, allí todos corrían cuanto más lejos mejor. Absolutamente una población dependía de lo que hiciera un hombre. Sí. No. Sí. No. Sí. No. Sí. Sí. Sí. Y fue en ese precioso instante cuando la activó. Sentía algo tan fuerte que sabía que la detonaría. Una bomba guiada a la catástrofe más segura, y a la misión más aterradora. Una bomba de emociones de esas que no dejan vivo a nadie que esté cerca. Salvo a ella. A ella no podría hacerle daño.
El viento que viene de cara cuando vas a ciento cincuenta por la M-30. El boleto ganador en un 22 de diciembre. La botella de agua después de una larga carrera. El abrazo de un amigo. La quinta copa después del octavo baile. El olor a campo. El sonido de las gargantas en verano. La risa de un niño. El tesoro de piratas del jardín. Mi ropa interior favorita. La canción que no para de sonar en mi cabeza. Las hojas rojas en otoño. La adrenalina en vena. Los ojos hinchados de no dormir. El perro que te espera al abrir la puerta. Las historias de un abuelo. El cosquilleo en la tripa cuando vas a caer desde la lanzadera. La alegría de saber que todo va bien. Los zapatos más feos para vosotros, los más bonitos para mí. El sonido de un vídeo al rebobinarse. La cara de la gente cuando vas guapo. La sonrisa de un chico enamorado. La falda de tubo para fiestas. Los mensajes positivos. Las ganas de saber. La poesía de verdad. Sentir algo muy fuerte. Decirte que te quiero. Y más.
Llovía. Pero a la vez hacía sol. Tanto sol que cegaba. Tanto sol que quemaba. Aunque la lluvia nos consolaba, podíamos aguantar esa gran radiación gracias a ella. Sin embargo, la lluvia se hizo más fuerte. El sol ya casi no lucía. Y la lluvia nos caía en las quemaduras anteriores. Ahora era una tortura, una tortura helada. Aún así había sol. Cualquier mínimo rayo nos servía para acordarnos del calor, de que existía. Y volvería. Porque nunca hay sol sin que haya un poco de lluvia. Pero jamás lloverá sin una gota de sol.
Se creía alguien más que el resto de nosotros. Aires de Marilyn que no acababan de levantarle la falda, por eso la llevaba corta. Al parecer tenía a 5 perros cada día, y solo daba de comer a uno si se lo merecía, pero todos sabían que si ellos pedían, ella les daba su comida. No sabía nunca a donde iba, ni donde acabaría. Nunca llegó a conocerse lo suficiente (el resto tampoco). Salía todas las noches a las escaleras que daban a la calle con la esperanza de que algún gato le viera, y lo único que consiguió fue conocer las irregularidades de la acera como la palma de su mano. Al fin y al cabo, era un barco sin rumbo, con complejo de yate, pero velero.