19/9/15

Nos vamos

Es entonces cuando miro todo lo que hay alrededor, las estatuas de mármol, las pinturas, los cálices, las capillas...es entonces cuando huele a incienso y sé que estoy cerca de algo santo, al menos para alguien, y eso me hace pensar. Pienso en mí, pienso en el año, en las risas, en lo malo, en lo peor, en el recuerdo del dolor. Y me paro. El recuerdo del dolor es tan parecido a él que parece tener el mismo efecto. Me siento en un banco, ya no soy capaz de fijarme en otras bóvedas que no sean de mi cabeza. Casi se me olvida dónde estoy, y me dejo llevar sin querer. Y casi me siento solo. Hasta que siento una mano en la rodilla y vuelvo. Gracias a Dios estoy en una catedral, si eres el ángel de la guarda de alguien es mucho mas fácil actuar allí. Nos vamos.

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