16/9/15

La otra cara de la moneda

Es fácil hablar de empatía y de compasión cuando predicas pero no prácticas. Es bastante sencillo, pero no suficiente. El mundo nos enseña una fachada donde todo es color, alegría, gente que se quiere, colaboración, amor, suerte, buenas personas, países preparados, empresas a las que les va bien, familias con comida y agua, con trabajo, sanidad...y no nos damos cuenta de que es una fachada, que cuando alguien necesita ayuda sólo se le juzga y se le rechaza, que nadie quiere cargar con más ciudadanos porque es más fácil no hacer hueco, porque es más fácil dejarles fuera. También podría ocurrir lo contrario, hablo de la parte interesada de la sociedad, esa de: "no quiero pagar los impuestos que se cobran a aquellos países en los que no se da asilo", esos que son plenamente materialistas. Es muy triste que por esa falta de solidaridad miles de niños vayan andando de frontera a frontera buscando un refugio para sus hermanos, es muy triste que la policía al otro lado de la valla sólo acate órdenes sin capacidad suficiente como para ver más allá de la línea que separa su país del camino de esas personas.

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