19/3/15

Confesiones de un cuarto desordenado

Madre mía, tengo que recoger ya el cuarto. Es imposible que entre alguien porque con tanta mierda de por medio no se puede, para que engañarnos, si hasta yo misma estoy atrapada en medio de mi habitación, los cajones me custodian, el pestillo de la puerta me asegura que nadie pasará y la ropa amortigua los gritos de por la noche y los llantos de por la mañana. Sí, me confieso, he llorado, tanto que he deshecho por disolución la almohada que me sostenía durante el proceso. En fin, debería recoger el cuarto.

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