mientras compones una canción de brevedad,
en la que rebaño cada grano de placer,
cada jugo de expresión que me dedicas,
cada destello fugaz de una idea
en la que de pronto,
chocamos tan fuerte
que sólo cabe el debate pasional.
Estalla una bomba de temores,
y únicamente aparece en mi cabeza
el extraño pensamiento
de recorrer contigo,
todos los campos de minas del mundo.
Solo pido que bailes conmigo esta balada efímera,
tan lentamente
que pueda aprenderme el movimiento de tu mente
mientras me miras sin complejos.
Solo pido,
que a esta construcción de hielo
la pongamos a -456 grados,
para no derretir un ápice de su esencia.
Quédate quieto,
aunque sea solamente unos segundos.
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