Vamos a ponernos sinceros
ya que no nos ponemos de otra manera.
Digamos que eres agua
y yo no quiero bailarte,
solo pido que deje de llover cada vez que salgo de casa,
que si me ducho no aparezcas en el vapor,
que no juegues a las carreras en mi cara,
que no te metas en mi nariz,
porque no eres aire.
Eres agua,
y ahogas.
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