y noto un hormigueo alcoholizado
resistente a cualquier charla.
Las moscas de mi cabeza no se resisten
a paladear cada uno de los recuerdos
secos del primer cajón de mi cabeza.
Mi mano se queja de este calor
que la copa le he dejado
y poco a poco descubro
que en el valle aún es verano.
Soy consciente del dilema,
de lo que pienso a solas,
de la verdad reflejada por la espera.
No creas que no pienso en ti,
pienso,
pero me importan más otras tareas
me importan más otros placeres.
Interrumpeme si quieres,
pasea por mi mente,
pero no te asustes de la niebla
no te asustes y no hieras.