16/8/16

Humanos

Al final todos buscamos lo mismo, todos los humanos buscamos a otros humanos.
Buscamos sentir, amar, odiar...pero  sobre todo alguien a quien poder dirigir nuestros pensamientos. Ni siquiera el más egocéntrico del planeta podría plantearse una existencia plena sin otra persona con quien compararse. Somos imanes en gestación y aspiramos a poder atraer alguien que, de alguna manera, nos complete o nos distraiga durante nuestra vida. Y en realidad si lo pensamos, todos los imanes son iguales y su finalidad es la misma.
¿Quién puede decir que nunca ha sentido nada en absoluto? ¿Quién se atreve a desafiar al único instinto plenamente humano? No existe tal ser. Estamos hechos para vibrar al son de una mente que se guía por el corazón y funcionamos gracias a un corazón que se activa gracias a la mente. Gritamos en silencio que ansiamos el roce si estamos solos, el brazo ajeno si estamos cansados y el oponente cuando queremos pelea.
Hay quien dice que existen millones de colores y que nunca podremos llegar a contemplar todos, sin embargo existen miles de millones de emociones y sentiremos todas aunque sea fugazmente, es una decisión propia escoger rivales, amantes, hermanos y gilipollas para poder sentirlas...y nuestro instinto humano nos obligará a escoger.

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