Días cuesta arriba
con pensamientos cuesta abajo
y palabras a trompicones,
de esos en los que te quieres ir lejos
y no saber más del mar,
del viento,
del agua,
de su piel
o de su risa.
Días en los que, si tienes suerte,
se acerca un amigo
te presta su hogar,
y te enseña que el mundo,
vayas donde vayas, es un jodido desastre,
pero que si compartes una cerveza
Madrid puede oler a playa,
a montaña,
a humo,
a espuma,
o a alquitrán.
Porque da igual dónde estés, si estamos juntos
No hay comentarios:
Publicar un comentario