27/2/17

Bicicleta

Siempre creí que lo importante de una bicicleta estaba en quién la conduce, cuando en realidad su transcendencia está en el destino. El peso de la acción acaba revelándose en el momento en el que te bajas de la bici y puedes mirar hasta dónde has llegado. Puedes contemplar el mundo bajo tus pies y respirar. Respirar profundamente. Lo más curioso es que no me gustan las bicicletas, siempre preferí andar. Me gusta caminar durante horas y que las piernas me vayan solas, me gusta sentir que no puedo da un paso más y tirarme en un césped mojado. Me gusta que la mente se me nuble. Y no ver nada en absoluto. Ignorar todo lo malo.

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