Una mariposa fue
y se hizo oruga.
Creó su hogar en mi corazón
y batió sus alas cada vez que te veía
porque le gustaba tu olor,
y así comenzó a volverse loca
y no paraba de dar guerra
pidiendo una pareja mariposa para ella también
y yo seguía ignorándola
hasta que un día murió.
Recordé que las mariposas solo viven una semana.
Salvo las del corazón,
esas retornan a su estado oruga
esperando volver a nacer.